viernes, 27 de abril de 2012

De Montevideo a Nueva Zelanda


Entramos al aeropuerto de Montevideo a minutos de que empezara a embarcar nuestro vuelo. El viaje hacia NZ fue complicado en el tema horario pues salimos un martes de Montevideo y llegamos un jueves a NZ. Con escala en Santiago de Chile donde descansamos en una sala vip por 3 horas, ya estábamos prontos para el vuelo de 13 hs hacia Auckland. La sala vip en la que nos quedamos no te sacaba el aliento pero podías tomar todas las bebidas colas que quisieras, cerveza, té, café, etc., con snacks de todo tipo; gratis con la tarjeta Dinners. Nada mal para matar el tiempo. Tomamos nuestro avión destino Auckland con LAN, un vuelo raro, ya que salimos a las 12 de la noche de Chile y llegamos a las 4 de la mañana a NZ, es decir, nos adelantamos en el tiempo pero agarrando noche tras noche en las 13 horas del avión. Después de la cena, todo el mundo dormía y yo me puse a ver la película War Horse o Caballo de guerra en español. A mí en particular me movilizó mucho y se me cayó alguna lágrima que otra, excelente película para los amantes de los caballos. Después caí dormida como 8 horas sin tomar nada, así que pude descansar para arrancar con el cambio horario.



Llegamos a Auckland Airport y lo primero que hicimos antes de pasar por la aduana fue sacar dólares nuevazelandeces. En la Aduana tenías que informar si traías comida, obviamente declaramos que sí, nadie nos iba a sacar las “Chiquilín” y “Las Solar” de nuestras mochilas, jeje. Luego nos movimos del International Airport to the Domestic Airport. Fue una caminata de 10 minutos en plena madrugada con un frío hélido, pues no quisimos esperar el bus que hace los traslados. Preparados con gorro, bufanda, guantes y los polares del grupo de viaje arrastramos las valijas. La mía no tanto, gran valija que me regaló “el profe” ya que tiene unas ruedas enormes y es muy fácil trasladarla. La valija de Gastón, la más nueva, en ese tramo se le rompió una rueda así que pesaba el doble a la hora de trasladarla. Una vez que llegamos al aeropuerto de vuelos domésticos tomamos el vuelo hacia Christchurch de una hora, donde levantamos la Camper (o Motorhome).

En el aeropuerto de Christchurch no encontrábamos el bus que nos trasladaba a las oficinas de Backpackers donde estaba la Camper. Observamos que en NZ todo lo tiene que hacer uno mismo: desde hacer el check in en el aeropuerto en unas computadoras donde te sale impreso el boarding pass, hasta tener que llamar por teléfono uno mismo para que te vengan a buscar, cuando ya sabían que llegabas ahí, con la bienvenida de una oficina vacía. Una vez que nos vinieron a buscar nos llevaron a la oficina donde levantamos la Camper. El trámite, por más sencillo que fuera llevó como dos horas. Aún así, al darnos la Motorhome chequeamos que todo estuviera ok, tuviendo que llamar al mecánico para que arreglara el encendedor, algo primordial para que el GPS funcionara. En la espera fuimos leyendo todos los folletos que tomamos en el aeropuerto, y también los que estaban ahí para el turista. Observamos que en todas partes hay folletos y libros turísticos para que uno vaya y agarre, pero nadie se te acerca a ofrecerte. En la espera de la entrega de la Camper llegó una mujer que vino directamente a mí y me ofreció amablemente una caja con cosas que le sobraron y que no iba  a necesitar más, ya que estaba devolviendo su Camper. Se ve que me vió cara de necesitada, jeje, creemos que el gorro pulguiento tuvo algo que ver. Cargamos las valijas en nuestro nuevo techo y con nuestra pareja amiga marchamos todos juntos hacia Dunedin.

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