viernes, 27 de abril de 2012

Despedidas


Llegó la hora de irnos despidiendo. Llegan los últimos días para todo aquello que formaba parte de nuestro hoy. Así llega ansiosamente el último día de trabajo, y con alegría pero nostalgia se va  recogiendo aquellas pequeñas cosas que se fueron acumulando a través de los años, llegando a llenar bolsas donde cada objeto tiene cierto valor sentimental. Después de dejar todo en orden comienza la despedida con los compañeros, aquellos con los que se compartieron largas jornadas laborales. Algunos se transformaron en amigos y dieron lugar al llanto a la hora del adiós, no porque no se los vaya a ver nuevamente sino porque ese día a día que se compartía no va a existir más.

Llegan las despedidas con amigos y familia, esas que parecen de nunca terminar, con muchos abrazos y llantos de por medio, alegrías y tristezas mezcladas. Son un cúmulo de días que aunque te despidas aún sabés que no es definitivo, porque se sigue en pie en el paisito. Llamada tras llamada para desearte buen viaje te va haciendo caer de a poco que pronto no vas a seguir ahí. Una salida desesperada al shopping  para comprar cosas necesarias para guardar en la valija, y terminar saliendo de la Tienda Inglesa con 8 vasos de vidrio, te hacen dar cuenta que la ansiedad juega partidos confusos. Pero todos sabemos que uno nunca está preparado, que las cosas llegan, y a veces es mejor que lleguen sin pensar en todos los sucesos que vamos a estar ausentes. En lo personal más allá de los cumpleaños y festividades, tengo el recibimiento de una de mis mejores amigas. Va a ser raro no poder estar ahí cuando se reciba de Doctora en medicina…y pensar que la conocí de túnica y moña. Son cosas que te aprietan el pecho, porque son momentos únicos… Tampoco voy a ver a mis sobrinos que crecen a pasos agigantados, ni a mis padres que van envejeciendo cada día más.  

Llegó el día de abandonar la casa,  y despedirnos de nuestro perrito Guazú. Nuestro cimarrón de dos años de edad no dejó de dormir en la cama con nosotros hasta el último día…Crítica de muchos, lo sé, pero adoramos dormir todos juntos. Ahora le toca estar unos meses sin nosotros, pero todo va a  estar bajo control para que nos extrañe lo menos posible, al menos es lo que nos vendemos a nosotros mismos porque es duro dejarlo siendo parte de nuestra familia hoy en día.

Como buenos uruguayos terminamos la valija 2 horas antes de partir. Fue una valija de semanas de preparación, y terminó siendo la casa en 20 kilos. Se cierran las valijas, y marchamos al aeropuerto. Allí nos esperaban amigos y familiares. Los que fueron y los que no pudieron ir, estaban todos presentes. Repartí unos cuadritos que hice en 5 minutos antes de irme de casa, no fueron suficientes, pero me dio para hacérselos llegar a aquellas personas que siento lo que escribí en ellos…”Hay ausencias que tienen la rara costumbre de separar los cuerpos y unir las almas”. 




Nos despedimos de todos viendo a nuestros padres no aguantar el llanto. Nuestra alegría contrasta con estos retratos...El viaje nos espera, ahí vamos!

1 comentario:

  1. Marianita y Gaston estamos con ustedes en el viaje desde casa¡¡¡¡ besotesss los queremosss muchisimoooo¡¡¡¡. disfruteeennnnnnn¡¡¡¡

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