martes, 26 de junio de 2012

China




BEIJING

Llegó el momento de unirse al grupo de viaje. El 8 de mayo nos recibió en el aeropuerto el cartelito de Lameco viajes. Que placer que te lleven las valijas! Y por fin vamos a dormir en un hotel! Se siente por un segundo bien no depender de uno para pensar el todo de tu viaje y descansar un poco en otros.

Fue muy chocante el cambio de Japón a China. Veníamos de un lugar agradable y fuimos a parar con chinos maleducados, mugrientos y groseros por 7 días.  Si antes no diferenciábamos un Chino de un Japonés, ahora podemos decir que no tienen nada en común! Con una China de 1400 millones de habitantes, si había un japonés entre ellos se diferenciaba! je

Todo se complicó en este primer destino, fue nuestra adaptación al grupo. Ahora regía el levantarse a su horario y el hacer los paseos y las paradas que los guías indicaran, por el tiempo que ellos consideraban razonable. 
La aventura de hacer lo que uno quiera se terminaba, el itinerario marcaba el recorrido a hacer. Las ciudades a visitar fueron Beijing, Xian y Shangai. Se dice que la primera es el presente de China, la segunda su pasado y la tercera el futuro.

Llegando el 7 de mayo de noche a Beijing (o Pekin) lo mejor fue encontrarse con un hotel donde una cama grande de dos plazas nos esperaba. Las noches de cuchetas sobre algo que le llamaban colchón se terminaban, al menos por el tiempo que estemos con el grupo.

El día siguiente iban cayendo amigos y conocidos de a poco, cada uno con distintos horarios de llegada, así que era un día libre para hacer lo que más nos plazca. Sin tiempo que perder nos fuimos como enfermos a hacer compras al mercado de la seda.
El ir fue fácil, ya que nos tomamos un taxi desde el hotel y nos dijeron más o menos cuánto salía el taxi. Alrededor de 30 yuanes valía la ida, y dividido cuatro personas, nada! Resulta que el traslado en realidad valía 20, pero cuando nos subimos al taxi le negociamos 30 así que eso fue lo que pagamos para llegar al mercado de la seda. El tránsito en China volvía a ser como lo conocemos en Uruguay, pero sólo por manejar en el mismo carril, porque después son un desastre manejando! En ese viaje tuvimos muchas chances de chocar. Los chinos no respetan una luz roja y se tiran igual. Más allá de eso hace poco que manejan autos y son de terror manejando! Era increíble no poder cruzar una calle con luz verde porque seguían tirándose. Igual entre todo su desorden no vimos accidentes. El gobierno puso pena de muerte para aquellos que matan a alguien manejando, pero parecía no importarles. Sobrevivimos a nuestra experiencia en taxi y llegamos al mercado de la seda.

Este mercado es como una expo, pero con quince columnas de puestos de ropa multiplicado por cuatro pisos y un subsuelo. En este lugar se puede encontrar de todo: ropa, valijas, billeteras, zapatos, camperas, cuadros, adornos, carteras y muchísimas cosas más! Hay que ir bien preparados porque las cosas no tienen precio, sino que rige la ley del regateo. Los chinos están acostumbrados a hacer todo un show para vender; actúan, lloran, pegan, gritan y hasta insultan para lograr su negocio. La clave es tener siempre presente que te quieren joder y conseguir el precio al cual uno está dispuesto a pagar las cosas. Ya nos habían contado experiencias anteriores así que fuimos mentalmente preparados para esta desgastante actividad. Aunque, sin lugar a dudas, hay que vivirlo para entender la locura que es! Con mucho dinero en manos por fin íbamos a dejar de cargar con los fangotes de dólares que cargamos desde Montevideo. Cientos de billetes de uno, cinco y diez dólares fueron los protagonistas en este mercado, donde mientas caminabas entre los puestos de ropa los chinos te tocaban, agarraban y presionaban para que les compres. Para comprar primero te tiene que gustar lo que ves, si no te gusta no pregustes por preguntar porque no te sueltan y muchos hasta se enojan y te pegan por haber preguntado y no comprar. Si algo te gusta entonces prepará los dedos para la calculadora porque vas a estar media hora peleando por un precio, y si la calidad de la ropa está buena, entonces a pelear aún más por la cantidad! Las palabras más escuchadas eran “ finito finito amico” “ tu estás loco” “ pero tu tienes fiebre” “ estás mal de la cabeza”, “tacaño”, “ shu shu fuera” “adiós”. Es realmente desgastante pelear precios y más con plata en mano para gastar ahorrada para tal fin! Aquí hay que seguirles el show, sí ellos pierden directamente no venden. Hay muchas anécdotas a contar sobre este mercado, pero si tengo que contar se me vienen a la cabeza dos. La primera de ellas fue comprando kimonos. En los puestos no atiende solo una chica, sino que hasta cinco vendedoras puede haber y todas hablan varios idiomas. En un puesto de kimonos ví uno re lindo para mi sobrinita y le pregunté a cuánto estaba. Unos 200 dólares fue la respuesta. Mi reacción inmediata fue hacer todo el show de regateo y después de veinte minutos de calculadora va, calculadora viene, llegué al precio de 5 dólares. Como uno está enfermo mientras negocia porque hay todo tipo de presión y se tiene que estar bien despierto y al firme para que no te caguen, en una veo a mi costado, y en el mismo puesto estaba Gastón negociando un Kimono para el Tito que no lograba de bajarlo de 25 dólares, y yo había comprado uno a 5! Cuando ví que Gastón hacía muecas como que a 25 estaba bien, me metí en su negociación y se pudrió todo. La vendedora se enojó porque nadie se puede meter en la negociación de otro. Con mi excusa de que era la esposa y que yo era la jefa y quien tenía la plata, no había forma de que la mujer me mirara y quiera negociar con ambos. Su reacción siempre fue ignorarme, empujarme y gritarme. El negocio seguía siendo con Gastón no dándome participación alguna. Aún sin haber pagado el kimono para mi sobrina, los mandé a la mierda hablando todo en inglés, y les dije que les comprábamos ambos a 20 dólares o nada. Me fui gritando “ I´m the boss here, I´m the one who have the money, can´t you see that?” Y ellas gritaban del otro lado un par de disparates también. Una escena lamentable pero a los 30 metros de habernos ido se escucha “ ok, ok amica, ok, twenty both”, no le dí pelota y todas las vendedoras de otros puestos empezaban a decirme que regrese, lo cual fue muy cómico, ahí fui, y vendedora y compradora ambas felices. El show no tiene que afectarte, si no ganaran, no te venden.
La otra escena que se me viene a la cabeza que fue fuerte sucedió en un puesto de venta de vaqueros de marca. Luis y Gastón negociaron el precio antes de probarse los pantalones y llegaron a un precio muy conveniente. Pero a la hora de elegir las prendar a llevarse, los modelos no quedaban bien puestos. El vendedor no podía entender que no les gustaba y ellos ya habían negociado un precio así que tenían que pagar. La discusión llevó a muchos insultos y fuertes por parte del vendedor. Un momento no agradable. No negocies nunca un precio en este mercado antes de saber que te queda bien lo que compras.

Ese primer día en el mercado de la seda fue bastante cansador, estuvimos desde las 14 hs hasta las 21 hs, momento que cerró. Hicimos compras fuertes. Como no había mucha gente era bastante incómodo caminar porque no dejaban de agarrarte para que veas la ropa que vendían. Y como teníamos que comprar de todo para mucha gente que queremos, no podíamos terminar de recorrerlo porque parábamos seguido a comprar y pelear precio. Yo conocí los cuartos escondidos de carteras, que placer! Me fui con seis carteras de marca, muy lindas y de todos los colores! Las imitaciones en este mercado son muy parecidas a las marcas originales pero no significa que era barato. Por ejemplo, una cartera Dolce & Gabana que salen desde 300 a 500 dólares, aquí las comprabas entra 20 a 50 dólares. Todo dependía siempre del material y la calidad de las mismas.

Gastón hizo una compra fuerte en buzos y remeras Tommy y Polo. Muy linda calidad y muy parecida a las originales. Aún no sé cómo hacen, porque toda la ropa tiene las etiquetas de la marca original y en ellas estaba un código de barra y el precio de lo que valen en la realidad. Algo raro porque parece que las hubieran sacado de la fábrica y las llevan ahí para vender. No entiendo cómo hacen el negocio los chinos, pero se compraba considerablemente barato y ellos aún ganaban en precio.

Al salir del mercado de la seda tenías taxis esperando en la puerta. Cuando salimos me acerqué a uno y le indico la dirección del hotel escrita en mandarín y le digo “40 ok”, y el hombre me pedía 80 de una forma muy grosera y bruta, lo cual no iba a pagar. Se juntaron como tres tacheros más que querían cobrarnos ese mismo precio para llevarnos hasta el hotel y yo los putié y me fui. En eso me agarra otro chino y me dice “ok ok 40”.

Este primer día en China fue muy desgastador. Mismo saliendo del mercado de la seda no dejaba de haber gente que te ofrecía billetera y otras cosas en la calle y pedía que le digas cuánto querías pagarle. El colmo es que no sólo había que regatear con la ropa, sino que cuando ibas a comprarte agua o un helado en cualquier lugar tenías sí o sí que regatear hasta llegar a un precio razonable. Muy desgastador!

Esa noche llegamos con un bolso nuevo al hotel. Sin haberlo conseguido muy barato por el cansancio, necesitábamos algo donde trasladar las compras en el próximo vuelo. Este bolso no sólo fue completado con las 7 horas de compras de este primer día, sino con 5 horas más de compras al día siguiente y 4 horas más el último día en Beijing. Que locura!






Una de las cosas más curiosas que fuimos observando este primer día es que no hay autos chinos circulando en China! Por lo contrario, vemos autos de marcas conocidas, caros. Por más que sabemos que en China están las fábricas de Mercedes, BMW y otras marcas importantes, nos sorprendió no haber visto ni un auto autóctono.

Al día siguiente arrancamos con la excursión con el grupo. Nos dividimos en tres ómnibus, cada uno con un guía que hablaba español. Nos contaron que las cinco estrellas que componen su bandera, una más grande y las otras cuatro más chica, representa al gobierno y a las cuatro clases sociales: campesino, intelectual, obrera y estudiante. A su vez nos contaron que no pueden tener más de un hijo a menos que paguen una multa, la cual sólo se paga una vez. Tampoco todos pueden tener auto, esto también está controlado, si todos tuvieran auto sería imposible transitar en las calles! Para esto se les exige tener la libreta y el permiso de matrícula. Este último se asigna por sorteo en forma mensual. El gobierno de Beijing otorga un poco más de 200.000 permisos al año. De esta manera encontramos al metro como el medio de transporte más utilizado, con nueve millones de usuarios diarios.

La guía nos fue contando que el mandarín se compone de unos 13.000 símbolos y cada uno representa un concepto o palabra. La combinación de estos símbolos da lugar a frases y dependiendo de la fonética y acento su significado.
También nos contó que uno de los platos típicos del sur del país es el plato chi-chi-chi. Este plato consiste en ratoncitos recién nacidos y se comen bañados en salsa, pero vivos! El nombre del plato se lo imaginarán, es por los tres sonidos que emiten los pobrecitos en el proceso de ser ingeridos: un chi al ponerle la salsa caliente, otro al pincharlo y el último al morderlo. Un asco!

Este primer día visitamos la Plaza de Tian An Men  y el Palacio Imperial (o Cuidad Prohibida) de las dinastías Ming y Quing.  La plaza de Tian An Men supuestamente es la plaza más grande del mundo, donde se encuentra el parlamento y el mausoleo de Mao, padre y fundador de China socialista en 1949.









Mao es para China el héroe nacional y en la plaza había una cola larguísima para ver su tumba. Dentro de esta plaza está la cuidad prohibida. Su nombre proviene de la antigüedad cuando estaba reservada para los emperadores y la gente en general  no tenía el acceso permitido. Hoy en día, con China socialista no hay más monarquía ni emperadores, pero los edificios que pertenecían a la dinastía son un punto turístico alto y son mantenidos en buenas condiciones. 

Aquí vimos la sala de reuniones del emperador, el trono del emperador y dos réplicas idénticas, la casa donde se hospedaba y uno de los jardines donde se distendían.








Después de este paseo hicimos una parada por más de una hora en un puesto de venta de perlas. Sentíamos que nos estaban haciendo perder el tiempo y con la fiebre por comprar, salimos de la excursión. Nos tomamos un taxi para el mercado de la seda, donde compramos unas cuantas horas más. Esta vez me lleve mi querida calculadora científica conmigo, ya estaba hecha toda una experta este segundo día, je. Para poder ir hasta el mercado fue complicado porque no conseguíamos taxi.  
Resulta que el sistema de taxis es un desastre! Los taxis casi no te paran y si tenías suerte y paraban, no querían llevarte por el precio que les decías. Por fin dimos con un Chino, que por más mal que manejara nos llevó hasta el mercado. Esa noche fue aún más complicado conseguir taxi para llegar al hotel, historia similar.

Al día siguiente nos esperaba la gran muralla China. Antes de llegar hicimos una parada en la ciudad olímpica, la cual fue construida en forma íntegra para las olimpíadas de Beijing. Aquí vimos de lejos el famoso estadio del nido de pájaro y el cubo de agua donde se hacían las competencias de natación. Estas olimpiadas fueron las más caras de la historia.

Antes de llegar a la muralla china nos contaron que la misma tuvo su origen hace más de dos mil años, cuando uno de los pueblos existentes en lo que es hoy el territorio de China, conquistó a todos los otros pueblos y decidió unir la muralla de todos en una gran muralla con motivo de defensa. La construcción de esta muralla fue muy exigente, con más de ocho mil kilómetros de extensión. De cada cinco hombres que trabajaron, uno moría.

Llegamos a la ciudad de Bataling, a unos 80 km de Beijing, lugar donde se encuentra uno de los puntos más altos de la muralla. Subimos por sus baldosas de piedra y pendientes muy empinadas, no habiendo siempre escalones. Las paredes también son como de ladrillos de piedra. La subida no fue muy agradable ya que nos llevaron al mediodía, y aunque no había sol por el smoke, el calor no se dejaba de sentir. Subiendo los chinos te pechaban y molestaban bastante. 




Fue muy desagradable ver como comían todo tipo de cosas raras y después se tiraban a vomitar a lo largo de toda la muralla. En la muralla había atalayas cada pocos metros, lugar donde se refugiaban los guardias y solían vigilar los alrededores. 



En caso de ser atacados emitían mensajes en cadena de una atalaya a otra. Lamentablemente estos lugares estaban repletos de gente que se refugiaba a la sombra para comer y vomitar, era una mezcla complicada. Sigo sin entender cómo podían ingerir algo con gente padeciendo al lado.



Seguimos subiendo y subiendo hasta que llegamos a un punto muy congestionado, complicado porque los escalones eran muy inclinados, logramos subir y pudimos apreciar la dimensión de esta muralla. 









El smoke no dejaba ver muy lejos, pero alcanzaba para ver como la muralla aparecía y desaparecía en la lejanía. La sensación de estar ahí no dejaba de ser increíble…estábamos parados en una de las más antiguas maravillas del mundo!






Después de este agotador paseo, llevaron al grupo al mercado de la seda por cuatro horas, así que no pudimos reusarnos y fuimos nuevamente, viéndonos forzados a seguir comprando regalos! Je. Esta vez el mercado estaba lleno de turistas. No sólo estaban las ciento y pico de personas del grupo de viaje sino que también había otras excursiones de otros países. Por suerte fuimos los días anteriores para comprar tranquilos y con el tiempo suficiente.

Para culminar el día nos llevaron a comer el plato típico del norte de China, pato laqueado. Le llaman así porque lo pintan con una salsa que lo deja brillante y parece laca. Había hambre y se comió. Pero pobre patito!
 










XIAN

Al día siguiente nos tomamos un avión hacia Xian. El vuelo fue con mucha turbulencia todo el tiempo, no la pasé nada bien. Llegamos y nos recibieron los tres nuevos guías para este destino.
Visitamos la muralla de la ciudad y la pagoda de la Oca Salvaje.

En China arrancó nuestras experiencias con las pagodas, que son como los budas, están por todos lados y te cansas de verlos. Pero ahí estábamos y pagoda o buda que apareciera ameritaba foto.

La pagoda de la Oca Salvaje fue construida durante la dinastía de Tang. Es una torre de siete pisos que era utilizada como biblioteca de escritos budistas que habían sido traídos por el monje Xuanzang desde India. Como punto turístico de Xian la fuimos a visitar, aunque ya no funciona como biblioteca.






Después de visitar a la Pagoda, nos llevaron a conocer la muralla de la ciudad la cual fue construida durante la dinastía de Ming. Esta muralla nos encantó! Está muy bien mantenida y tiene una vista alucinante a la ciudad vieja donde casas antiguas decoran la vista con sus techos grises. Esta muralla cuenta con unos 13 kilómetros de longitud e impresiona con sus doce metros de alto y doce de ancho. 


Habían bicicletas para alquilar para recorrerla más rápido, pero nosotros optamos por caminar y disfrutar tranquilamente la vista.




También en esta muralla se encontraban atalayas desde donde los guardias hacían la vigilancia. Esta muralla no sólo se utilizó como forma de proteger a la ciudad sino que también como forma de dividir a los ricos de los pobres. 


Cuando nos estábamos yendo pudimos ver el desfile de unos guardias, simulando como lo hacían en la antigüedad.
 




El día siguiente tuvimos uno de los paseos que veníamos esperando hace tiempo, el museo de los guerreros y caballos de Terracota! Este lugar es considerado la octava maravilla del mundo y la verdad es que lo es.



El nombre Terra-cota significa tierra cocida. Este museo tan popular donde se filmó la película “La Momia 3” es la tumba del primer emperador de la China unificada, Qin Sh Huang.

Este emperador se autoproclamó así al conquistar todos los reinos que componían lo que hoy es China, y formó un solo reino. Como se creía que el ser humano reencarna siete veces, el emperador para pasar a su próxima vida construyó una gran tumba en un lugar estratégico, entre una montaña y un río. Esto significa que se une la tierra con el cielo según el feng-shui. Esta tumba está ubicada en un predio de cincuenta hectáreas que cuenta con tres fosas más la tumba del emperador y su familia. 

En este lugar se encuentra un ejército de soldados, caballos y dos carrozas que también pasarían con el emperador a su próxima vida una vez que muriera. Para poder llevar a cabo este trabajo se utilizó la fuerza de más de 700 mil personas, siendo muchos de ellos ex convictos. Construyeron túneles subterráneos y este gran ejército de barro y arcilla que poco a poco se ha ido descubriendo con las excavaciones. 

Se siguen encontrando soldados pero la tumba del emperador no fue descubierta aún.
Cuando ves a los soldados impresiona porque son todos distintos. Resulta que cada soldado representaba a un soldado real y para esto se hizo una selección de los mejores soldados del país. Se cree que por eso los soldados son altos y grandes. Actualmente hay cerca de dos mil soldados pero el trabajo de excavación sigue en proceso. Se cree que pueden haber cerca de seis mil más. el emperador murió.




La fosa donde se puede apreciar mejor a los soldados es la fosa número uno. Todo el ejército tuvo que ser reconstruido ya que poco después de la muerte del emperador un grupo de campesinos rebeldes rompió y robó todo lo que encontraban en su camino debido al odio que tenían hacia el emperador.



En la fosa número dos se podía ver pedazos de soldados por todos lados, aún sin reconstruir. Y en la fosa número tres había más tierra que soldados.



Quedamos maravillados con este paseo. Nos llevamos de recuerdo soldaditos de terracota versión mini.

Una vez culminado todo este día en Xian, regresamos al hotel para preparar las valijas. El último destino de China llegó y nos fuimos a Shanghai.



SHANGHAI


Nos fuimos a la cuidad catalogada como el futuro de China. Con edificios por todos lados, Shanghai se perdía a lo alto entre el gris del smoke. 

Desde hace días que estábamos en China y aún no podíamos ver el sol. Shanghai no faltó a la ocasión y nos recibió con algo de lluvia y mucho más smoke.









Primer destino a conocer fue el Jardín de Yuyuan. 
En este jardín las construcciones se caracterizaban por sus techos levantados en las puntas, decorados con dragones. Como paseo me encantó al ser bien clásico de China y con un recorrido armónico y agradable.






Luego fuimos a visitar la rambla de la ciudad que bordea uno de los principales ríos de Shanghai, extendiéndose alrededor de tres kilómetros. Esta rambla conocida como Malecón. Desde aquí se podían ver infinidad de edificios construidos mirando el río. Con la campera de lluvia puesta la recorrimos caminando. 









Durante el trayecto algún Chino que otro nos pedía foto con ellos, así que accedíamos, así como después terminamos pidiéndoles que se saquen una foto con nosotros para variar un poco!


Esa misma noche tuvimos un paseo en barco por esa bahía. Ahora la ciudad estaba iluminada y las luces de los edificios hacían que el smoke deje de ser el protagonista. 



La vista era hermosa por todos los colores que utilizan para diferenciar un edificio de otro.







  
Al día siguiente, siendo nuestro último día en Shanghai y en China, nos llevaron al templo de buda de jade. 







El lugar estaba lleno de estatuas de budas. Hay buda para tirar para arriba en China! Vimos el buda de jade real que es pequeñito y culminamos nuestro paseo.






La tarde era libre así que con mapa en mano nos fuimos con nuestros amigos en subte a recorrer la cuidad. 

Primero llegamos hasta el punto de partida del tren bala. El recorrido de este tren es desde el centro de Shanghai hasta el aeropuerto. Compramos el recorrido ida y vuelta para no perder tiempo. Este tren alcanza una velocidad máxima de 430 km por hora, siendo el más rápido del mundo. Estuvo alucinante estar ahí cuando alcanzaba su máximo de velocidad. Sentías que se elevaba un tanto en el aire y se movía más de lo que pensábamos. El tren bala hizo un recorrido de 30 kilómetros en 7 minutos! Genial! La ruta era prácticamente recta. Este tren está a prueba en China hace un par de años por parte de los alemanes. Sí todo sale bien en un período de tiempo razonable lo implantarían en otros países. No es muy utilizado por la gente en China porque es significativamente más caro que el subte y también por tener como único destino el aeropuerto.



Después de este paseo veloz visitamos la People´s Square que es una plaza con mucha gente y negocios. Esta plaza es el centro comercial de Shanghai y en una de sus calles donde se filmó la película Misión Imposible. Luego recorrimos un parque que estaba cerca y después en la noche fuimos hasta el barrio francés. Este barrio supuestamente estaba lleno de bolichitos pero no tuvimos suerte! Estaban cerrados y para peor llovía.

Culminada nuestros días grises, sin sol y con mucho smoke, preparamos las valijas para Hong Kong.

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