BEIJING
Llegó el momento de unirse al
grupo de viaje. El 8 de mayo nos recibió en el aeropuerto el cartelito de
Lameco viajes. Que placer que te lleven las valijas! Y por fin vamos a dormir
en un hotel! Se siente por un segundo bien no depender de uno para pensar el
todo de tu viaje y descansar un poco en otros.
Fue muy chocante el cambio de
Japón a China. Veníamos de un lugar agradable y fuimos a parar con chinos
maleducados, mugrientos y groseros por 7 días.
Si antes no diferenciábamos un Chino de un Japonés, ahora podemos decir
que no tienen nada en común! Con una China de 1400 millones de habitantes, si
había un japonés entre ellos se diferenciaba! je
Todo se complicó en este primer
destino, fue nuestra adaptación al grupo. Ahora regía el levantarse a su
horario y el hacer los paseos y las paradas que los guías indicaran, por el
tiempo que ellos consideraban razonable.
La aventura de hacer lo que uno
quiera se terminaba, el itinerario marcaba el recorrido a hacer. Las ciudades a
visitar fueron Beijing, Xian y Shangai. Se dice que la primera es el presente
de China, la segunda su pasado y la tercera el futuro.
Llegando el 7 de mayo de noche a
Beijing (o Pekin) lo mejor fue encontrarse con un hotel donde una cama grande
de dos plazas nos esperaba. Las noches de cuchetas sobre algo que le llamaban
colchón se terminaban, al menos por el tiempo que estemos con el grupo.
El día siguiente iban cayendo
amigos y conocidos de a poco, cada uno con distintos horarios de llegada, así
que era un día libre para hacer lo que más nos plazca. Sin tiempo que perder
nos fuimos como enfermos a hacer compras al mercado de la seda.
El ir fue fácil, ya que nos
tomamos un taxi desde el hotel y nos dijeron más o menos cuánto salía el taxi.
Alrededor de 30 yuanes valía la ida, y dividido cuatro personas, nada! Resulta
que el traslado en realidad valía 20, pero cuando nos subimos al taxi le
negociamos 30 así que eso fue lo que pagamos para llegar al mercado de la seda.
El tránsito en China volvía a ser como lo conocemos en Uruguay, pero sólo por
manejar en el mismo carril, porque después son un desastre manejando! En ese
viaje tuvimos muchas chances de chocar. Los chinos no respetan una luz roja y
se tiran igual. Más allá de eso hace poco que manejan autos y son de terror
manejando! Era increíble no poder cruzar una calle con luz verde porque seguían
tirándose. Igual entre todo su desorden no vimos accidentes. El gobierno puso
pena de muerte para aquellos que matan a alguien manejando, pero parecía no
importarles. Sobrevivimos a nuestra experiencia en taxi y llegamos al mercado
de la seda.
Este mercado es como una expo,
pero con quince columnas de puestos de ropa multiplicado por cuatro pisos y un
subsuelo. En este lugar se puede encontrar de todo: ropa, valijas, billeteras,
zapatos, camperas, cuadros, adornos, carteras y muchísimas cosas más! Hay que
ir bien preparados porque las cosas no tienen precio, sino que rige la ley del
regateo. Los chinos están acostumbrados a hacer todo un show para vender;
actúan, lloran, pegan, gritan y hasta insultan para lograr su negocio. La clave
es tener siempre presente que te quieren joder y conseguir el precio al cual
uno está dispuesto a pagar las cosas. Ya nos habían contado experiencias anteriores
así que fuimos mentalmente preparados para esta desgastante actividad. Aunque,
sin lugar a dudas, hay que vivirlo para entender la locura que es! Con mucho
dinero en manos por fin íbamos a dejar de cargar con los fangotes de dólares
que cargamos desde Montevideo. Cientos de billetes de uno, cinco y diez dólares
fueron los protagonistas en este mercado, donde mientas caminabas entre los
puestos de ropa los chinos te tocaban, agarraban y presionaban para que les
compres. Para comprar primero te tiene que gustar lo que ves, si no te gusta no
pregustes por preguntar porque no te sueltan y muchos hasta se enojan y te
pegan por haber preguntado y no comprar. Si algo te gusta entonces prepará los
dedos para la calculadora porque vas a estar media hora peleando por un precio,
y si la calidad de la ropa está buena, entonces a pelear aún más por la
cantidad! Las palabras más escuchadas eran “ finito finito amico” “ tu estás
loco” “ pero tu tienes fiebre” “ estás mal de la cabeza”, “tacaño”, “ shu shu
fuera” “adiós”. Es realmente desgastante pelear precios y más con plata en mano
para gastar ahorrada para tal fin! Aquí hay que seguirles el show, sí ellos
pierden directamente no venden. Hay muchas anécdotas a contar sobre este
mercado, pero si tengo que contar se me vienen a la cabeza dos. La primera de
ellas fue comprando kimonos. En los puestos no atiende solo una chica, sino que
hasta cinco vendedoras puede haber y todas hablan varios idiomas. En un puesto
de kimonos ví uno re lindo para mi sobrinita y le pregunté a cuánto estaba.
Unos 200 dólares fue la respuesta. Mi reacción inmediata fue hacer todo el show
de regateo y después de veinte minutos de calculadora va, calculadora viene,
llegué al precio de 5 dólares. Como uno está enfermo mientras negocia porque
hay todo tipo de presión y se tiene que estar bien despierto y al firme para
que no te caguen, en una veo a mi costado, y en el mismo puesto estaba Gastón
negociando un Kimono para el Tito que no lograba de bajarlo de 25 dólares, y yo
había comprado uno a 5! Cuando ví que Gastón hacía muecas como que a 25 estaba
bien, me metí en su negociación y se pudrió todo. La vendedora se enojó porque
nadie se puede meter en la negociación de otro. Con mi excusa de que era la
esposa y que yo era la jefa y quien tenía la plata, no había forma de que la
mujer me mirara y quiera negociar con ambos. Su reacción siempre fue ignorarme,
empujarme y gritarme. El negocio seguía siendo con Gastón no dándome
participación alguna. Aún sin haber pagado el kimono para mi sobrina, los mandé
a la mierda hablando todo en inglés, y les dije que les comprábamos ambos a 20
dólares o nada. Me fui
gritando “ I´m the boss here, I´m the one who have the money, can´t you see
that?” Y ellas gritaban del otro lado un par de disparates también. Una
escena lamentable pero a los 30 metros de habernos ido se escucha “ ok, ok
amica, ok, twenty both”, no le dí pelota y todas las vendedoras de otros
puestos empezaban a decirme que regrese, lo cual fue muy cómico, ahí fui, y
vendedora y compradora ambas felices. El show no tiene que afectarte, si no
ganaran, no te venden.
La otra escena que se me viene a
la cabeza que fue fuerte sucedió en un puesto de venta de vaqueros de marca.
Luis y Gastón negociaron el precio antes de probarse los pantalones y llegaron
a un precio muy conveniente. Pero a la hora de elegir las prendar a llevarse,
los modelos no quedaban bien puestos. El vendedor no podía entender que no les
gustaba y ellos ya habían negociado un precio así que tenían que pagar. La
discusión llevó a muchos insultos y fuertes por parte del vendedor. Un momento
no agradable. No negocies nunca un precio en este mercado antes de saber que te
queda bien lo que compras.
Ese primer día en el mercado de
la seda fue bastante cansador, estuvimos desde las 14 hs hasta las 21 hs,
momento que cerró. Hicimos compras fuertes. Como no había mucha gente era
bastante incómodo caminar porque no dejaban de agarrarte para que veas la ropa
que vendían. Y como teníamos que comprar de todo para mucha gente que queremos,
no podíamos terminar de recorrerlo porque parábamos seguido a comprar y pelear
precio. Yo conocí los cuartos escondidos de carteras, que placer! Me fui con
seis carteras de marca, muy lindas y de todos los colores! Las imitaciones en
este mercado son muy parecidas a las marcas originales pero no significa que
era barato. Por ejemplo, una cartera Dolce & Gabana que salen desde 300 a
500 dólares, aquí las comprabas entra 20 a 50 dólares. Todo dependía siempre
del material y la calidad de las mismas.
Gastón hizo una compra fuerte en
buzos y remeras Tommy y Polo. Muy linda calidad y muy parecida a las
originales. Aún no sé cómo hacen, porque toda la ropa tiene las etiquetas de la
marca original y en ellas estaba un código de barra y el precio de lo que valen
en la realidad. Algo raro porque parece que las hubieran sacado de la fábrica y
las llevan ahí para vender. No entiendo cómo hacen el negocio los chinos, pero
se compraba considerablemente barato y ellos aún ganaban en precio.
Al salir del mercado de la seda
tenías taxis esperando en la puerta. Cuando salimos me acerqué a uno y le
indico la dirección del hotel escrita en mandarín y le digo “40 ok”, y el
hombre me pedía 80 de una forma muy grosera y bruta, lo cual no iba a pagar. Se
juntaron como tres tacheros más que querían cobrarnos ese mismo precio para
llevarnos hasta el hotel y yo los putié y me fui. En eso me agarra otro chino y
me dice “ok ok 40”.
Este primer día en China fue muy
desgastador. Mismo saliendo del mercado de la seda no dejaba de haber gente que
te ofrecía billetera y otras cosas en la calle y pedía que le digas cuánto
querías pagarle. El colmo es que no sólo había que regatear con la ropa, sino
que cuando ibas a comprarte agua o un helado en cualquier lugar tenías sí o sí
que regatear hasta llegar a un precio razonable. Muy desgastador!
Esa noche llegamos con un bolso
nuevo al hotel. Sin haberlo conseguido muy barato por el cansancio,
necesitábamos algo donde trasladar las compras en el próximo vuelo. Este bolso
no sólo fue completado con las 7 horas de compras de este primer día, sino con
5 horas más de compras al día siguiente y 4 horas más el último día en Beijing.
Que locura!
Una de las cosas más curiosas que
fuimos observando este primer día es que no hay autos chinos circulando en
China! Por lo contrario, vemos autos de marcas conocidas, caros. Por más que
sabemos que en China están las fábricas de Mercedes, BMW y otras marcas
importantes, nos sorprendió no haber visto ni un auto autóctono.
Al día siguiente arrancamos con la
excursión con el grupo. Nos dividimos en tres ómnibus, cada uno con un guía que
hablaba español. Nos contaron que las cinco estrellas que componen su bandera,
una más grande y las otras cuatro más chica, representa al gobierno y a las
cuatro clases sociales: campesino, intelectual, obrera y estudiante. A su vez
nos contaron que no pueden tener más de un hijo a menos que paguen una multa,
la cual sólo se paga una vez. Tampoco todos pueden tener auto, esto también
está controlado, si todos tuvieran auto sería imposible transitar en las
calles! Para esto se les exige tener la libreta y el permiso de matrícula. Este
último se asigna por sorteo en forma mensual. El gobierno de Beijing otorga un
poco más de 200.000 permisos al año. De esta manera encontramos al metro como
el medio de transporte más utilizado, con nueve millones de usuarios diarios.
La guía nos fue contando que el
mandarín se compone de unos 13.000 símbolos y cada uno representa un concepto o
palabra. La combinación de estos símbolos da lugar a frases y dependiendo de la
fonética y acento su significado.
También nos contó que uno de los
platos típicos del sur del país es el plato chi-chi-chi. Este plato consiste en
ratoncitos recién nacidos y se comen bañados en salsa, pero vivos! El nombre
del plato se lo imaginarán, es por los tres sonidos que emiten los pobrecitos
en el proceso de ser ingeridos: un chi al ponerle la salsa caliente, otro al
pincharlo y el último al morderlo. Un asco!
Este primer día visitamos la
Plaza de Tian An Men y el Palacio
Imperial (o Cuidad Prohibida) de las dinastías Ming y Quing. La plaza de Tian An Men supuestamente es la
plaza más grande del mundo, donde se encuentra el parlamento y el mausoleo de
Mao, padre y fundador de China socialista en 1949.
Mao es para China el héroe
nacional y en la plaza había una cola larguísima para ver su tumba. Dentro de
esta plaza está la cuidad prohibida. Su nombre proviene de la antigüedad cuando
estaba reservada para los emperadores y la gente en general no tenía el acceso permitido. Hoy en día, con
China socialista no hay más monarquía ni emperadores, pero los edificios que
pertenecían a la dinastía son un punto turístico alto y son mantenidos en
buenas condiciones.
Aquí vimos la sala de reuniones del emperador, el trono del
emperador y dos réplicas idénticas, la casa donde se hospedaba y uno de los
jardines donde se distendían.
Después de este paseo hicimos una
parada por más de una hora en un puesto de venta de perlas. Sentíamos que nos
estaban haciendo perder el tiempo y con la fiebre por comprar, salimos de la
excursión. Nos tomamos un taxi para el mercado de la seda, donde compramos unas
cuantas horas más. Esta vez me lleve mi querida calculadora científica conmigo,
ya estaba hecha toda una experta este segundo día, je. Para poder ir hasta el
mercado fue complicado porque no conseguíamos taxi.
Resulta que el sistema de taxis es un
desastre! Los taxis casi no te paran y si tenías suerte y paraban, no querían
llevarte por el precio que les decías. Por fin dimos con un Chino, que por más
mal que manejara nos llevó hasta el mercado. Esa noche fue aún más complicado
conseguir taxi para llegar al hotel, historia similar.
Al día siguiente nos esperaba la
gran muralla China. Antes de llegar hicimos una parada en la ciudad olímpica,
la cual fue construida en forma íntegra para las olimpíadas de Beijing. Aquí vimos
de lejos el famoso estadio del nido de pájaro y el cubo de agua donde se hacían
las competencias de natación. Estas olimpiadas fueron las más caras de la
historia.
Antes de llegar a la muralla
china nos contaron que la misma tuvo su origen hace más de dos mil años, cuando
uno de los pueblos existentes en lo que es hoy el territorio de China,
conquistó a todos los otros pueblos y decidió unir la muralla de todos en una
gran muralla con motivo de defensa. La construcción de esta muralla fue muy
exigente, con más de ocho mil kilómetros de extensión. De cada cinco hombres
que trabajaron, uno moría.
Llegamos a la ciudad de Bataling,
a unos 80 km de Beijing, lugar donde se encuentra uno de los puntos más altos
de la muralla. Subimos por sus baldosas de piedra y pendientes muy empinadas,
no habiendo siempre escalones. Las paredes también son como de ladrillos de
piedra. La subida no fue muy agradable ya que nos llevaron al mediodía, y
aunque no había sol por el smoke, el calor no se dejaba de sentir. Subiendo los
chinos te pechaban y molestaban bastante.
Fue muy desagradable ver como comían
todo tipo de cosas raras y después se tiraban a vomitar a lo largo de toda la
muralla. En la muralla había atalayas cada pocos metros, lugar donde se
refugiaban los guardias y solían vigilar los alrededores.
En caso de ser
atacados emitían mensajes en cadena de una atalaya a otra. Lamentablemente
estos lugares estaban repletos de gente que se refugiaba a la sombra para comer
y vomitar, era una mezcla complicada. Sigo sin entender cómo podían ingerir
algo con gente padeciendo al lado.
Seguimos subiendo y subiendo
hasta que llegamos a un punto muy congestionado, complicado porque los
escalones eran muy inclinados, logramos subir y pudimos apreciar la dimensión
de esta muralla.
Después de este agotador paseo,
llevaron al grupo al mercado de la seda por cuatro horas, así que no pudimos
reusarnos y fuimos nuevamente, viéndonos forzados a seguir comprando regalos!
Je. Esta vez el mercado estaba lleno de turistas. No sólo estaban las ciento y
pico de personas del grupo de viaje sino que también había otras excursiones de
otros países. Por suerte fuimos los días anteriores para comprar tranquilos y
con el tiempo suficiente.
Para culminar el día nos llevaron
a comer el plato típico del norte de China, pato laqueado. Le llaman así porque
lo pintan con una salsa que lo deja brillante y parece laca. Había hambre y se
comió. Pero pobre patito!
XIAN
Al día siguiente nos tomamos un
avión hacia Xian. El vuelo fue con mucha turbulencia todo el tiempo, no la pasé
nada bien. Llegamos y nos recibieron los tres nuevos guías para este destino.
Visitamos la muralla de la ciudad
y la pagoda de la Oca Salvaje.
En China arrancó nuestras
experiencias con las pagodas, que son como los budas, están por todos lados y
te cansas de verlos. Pero ahí estábamos y pagoda o buda que apareciera
ameritaba foto.
La pagoda de la Oca Salvaje fue
construida durante la dinastía de Tang. Es una torre de siete pisos que era
utilizada como biblioteca de escritos budistas que habían sido traídos por el
monje Xuanzang desde India. Como punto turístico de Xian la fuimos a visitar,
aunque ya no funciona como biblioteca.
Después de visitar a la Pagoda,
nos llevaron a conocer la muralla de la ciudad la cual fue construida durante
la dinastía de Ming. Esta muralla nos encantó! Está muy bien mantenida y tiene
una vista alucinante a la ciudad vieja donde casas antiguas decoran la vista
con sus techos grises. Esta muralla cuenta con unos 13 kilómetros de longitud e
impresiona con sus doce metros de alto y doce de ancho.
También en esta muralla se encontraban
atalayas desde donde los guardias hacían la vigilancia. Esta muralla no sólo se
utilizó como forma de proteger a la ciudad sino que también como forma de
dividir a los ricos de los pobres.
Cuando nos estábamos yendo pudimos ver el
desfile de unos guardias, simulando como lo hacían en la antigüedad.
El día siguiente tuvimos uno de
los paseos que veníamos esperando hace tiempo, el museo de los guerreros y
caballos de Terracota! Este lugar es considerado la octava maravilla del mundo
y la verdad es que lo es.
Este
emperador se autoproclamó así al conquistar todos los reinos que componían lo
que hoy es China, y formó un solo reino. Como se creía que el ser humano
reencarna siete veces, el emperador para pasar a su próxima vida construyó una
gran tumba en un lugar estratégico, entre una montaña y un río. Esto significa
que se une la tierra con el cielo según el feng-shui. Esta tumba está ubicada
en un predio de cincuenta hectáreas que cuenta con tres fosas más la tumba del
emperador y su familia.
En este lugar se encuentra un ejército de soldados,
caballos y dos carrozas que también pasarían con el emperador a su próxima vida
una vez que muriera. Para poder llevar a cabo este trabajo se utilizó la fuerza
de más de 700 mil personas, siendo muchos de ellos ex convictos. Construyeron
túneles subterráneos y este gran ejército de barro y arcilla que poco a poco se
ha ido descubriendo con las excavaciones.
Se siguen encontrando soldados pero
la tumba del emperador no fue descubierta aún.
Cuando ves a los soldados
impresiona porque son todos distintos. Resulta que cada soldado representaba a
un soldado real y para esto se hizo una selección de los mejores soldados del
país. Se cree que por eso los soldados son altos y grandes. Actualmente hay
cerca de dos mil soldados pero el trabajo de excavación sigue en proceso. Se
cree que pueden haber cerca de seis mil más. el emperador
murió.
En la fosa número dos se podía
ver pedazos de soldados por todos lados, aún sin reconstruir. Y en la fosa
número tres había más tierra que soldados.
Quedamos maravillados con este
paseo. Nos llevamos de recuerdo soldaditos de terracota versión mini.
Una vez culminado todo este día
en Xian, regresamos al hotel para preparar las valijas. El último destino de
China llegó y nos fuimos a Shanghai.
SHANGHAI
Nos fuimos a la cuidad catalogada
como el futuro de China. Con edificios por todos lados, Shanghai se perdía a lo
alto entre el gris del smoke.
Desde hace días que estábamos en China y aún no
podíamos ver el sol. Shanghai no faltó a la ocasión y nos recibió con algo de
lluvia y mucho más smoke.
En este jardín las construcciones se caracterizaban por sus
techos levantados en las puntas, decorados con dragones. Como paseo me encantó
al ser bien clásico de China y con un recorrido armónico y agradable.
Luego fuimos a visitar la rambla
de la ciudad que bordea uno de los principales ríos de Shanghai, extendiéndose
alrededor de tres kilómetros. Esta rambla conocida como Malecón. Desde aquí se
podían ver infinidad de edificios construidos mirando el río. Con la campera de
lluvia puesta la recorrimos caminando.
Durante el trayecto algún Chino que otro
nos pedía foto con ellos, así que accedíamos, así como después terminamos
pidiéndoles que se saquen una foto con nosotros para variar un poco!
Esa misma noche tuvimos un paseo
en barco por esa bahía. Ahora la ciudad estaba iluminada y las luces de los
edificios hacían que el smoke deje de ser el protagonista.
Al día siguiente, siendo nuestro
último día en Shanghai y en China, nos llevaron al templo de buda de jade.
El
lugar estaba lleno de estatuas de budas. Hay buda para tirar para arriba en
China! Vimos el buda de jade real que es pequeñito y culminamos nuestro paseo.
La tarde era libre así que con
mapa en mano nos fuimos con nuestros amigos en subte a recorrer la cuidad.
Primero
llegamos hasta el punto de partida del tren bala. El recorrido de este tren es
desde el centro de Shanghai hasta el aeropuerto. Compramos el recorrido ida y
vuelta para no perder tiempo. Este tren alcanza una velocidad máxima de 430 km
por hora, siendo el más rápido del mundo. Estuvo alucinante estar ahí cuando
alcanzaba su máximo de velocidad. Sentías que se elevaba un tanto en el aire y
se movía más de lo que pensábamos. El tren bala hizo un recorrido de 30 kilómetros
en 7 minutos! Genial! La ruta era prácticamente recta. Este tren está a prueba
en China hace un par de años por parte de los alemanes. Sí todo sale bien en un
período de tiempo razonable lo implantarían en otros países. No es muy
utilizado por la gente en China porque es significativamente más caro que el
subte y también por tener como único destino el aeropuerto.
Después de este paseo veloz
visitamos la People´s Square que es una plaza con mucha gente y negocios. Esta
plaza es el centro comercial de Shanghai y en una de sus calles donde se filmó
la película Misión Imposible. Luego recorrimos un parque que estaba cerca y
después en la noche fuimos hasta el barrio francés. Este barrio supuestamente
estaba lleno de bolichitos pero no tuvimos suerte! Estaban cerrados y para peor
llovía.
Culminada nuestros días grises,
sin sol y con mucho smoke, preparamos las valijas para Hong Kong.
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